lunes, 11 de agosto de 2014

Argentina potenciará comercio con Rusia y aprovechará disputa con EE.UU. y UE

Fuente: RBTH


El Gobierno argentino anunció hoy que potenciará las exportaciones a Rusia para aprovechar "la oportunidad" que ofrece la reciente prohibición del Gobierno de Moscú de importar alimentos y materias primas de Estados Unidos y la Unión Europea.

"Rusia tiene una demanda significativa de alimentos y la República Argentina puede suministrarlos", indicó en su habitual rueda de prensa diaria el jefe de Gabinete del Gobierno argentino, Jorge Capitanich.

En ese sentido, Capitanich afirmó que Argentina "generará las condiciones para que el sector privado, con el impulso del Estado, pueda incrementar las exportaciones y satisfacer la demanda del mercado ruso".

Según el jefe de Ministros, dada la "oportunidad" para el país que supone esta situación, tanto la Cancillería como los ministerios de Economía e Industria establecerán "los mecanismos para que misiones comerciales de carácter específico puedan aprovechar las oportunidades que se generan a partir de las apertura adicional de mercado".

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, decretó la semana pasada la prohibición de las importaciones de materias primas y alimentos desde Estados Unidos y la Unión Europea.

Según informan hoy medios locales, el Ministerio de Relaciones Exteriores ruso informó a los embajadores suramericanos en Moscú que tiene voluntad de importar los productos vetados de otros países.

Argentina y Rusia se presentan como "aliados estratégicos" tras la firma, el pasado julio en Buenos Aires, de diversos acuerdos de colaboración entre la presidenta, Cristina Fernández, y Putin para incrementar el intercambio comercial y la cooperación entre ambos países.

El comercio entre ambos países creció el año pasado un 30 por ciento y pasó de los 1.989 millones de dólares de 2012 a los 2.627 millones de 2013, según un informe publicado por la Cámara Argentino-Rusa.

Argentina exportó a Rusia en 2013 principalmente frutas frescas, carnes, lácteos, mostos y bebidas alcohólicas, e importó reactores nucleares, vehículos, productos farmacéuticos y tecnología, según el informe.

"Festival de la Luz" en Buenos Aires

El encuentro de fotografía artística más importante de Latinoamérica que se celebra en 45 ciudades del país hasta el 30 de septiembre, comenzará oficialmente el próximo martes a las 18 en el Centro Cultural Recoleta. Dicha muestra cuenta con la participación de los mejores fotógrafos de guerra rusos como:  
Max Alpert, Leonid Velikzhanin, Yakov Davidzon, Georgy Zelma, Boris Ignatovich, Victor Kinelovsky, Georgy Petrusov, Vsevolod Tarasevich, Mikhail Trakhman, Pavel Troshkin, Arkady Shaikhet

Fuente: Telam / Encuentrosabiertos.com.ar

Mikhail Trakhman,  Patrulla de Partisanos, 1943
Con Chile como paí­s invitado, la 18va. edición del reconocido festival -con entrada libre y gratuita- se desarrollará bajo la consigna "Horizontes" en 45 ciudades, donde se expondrán 178 muestras de más de 500 autores de 31 paí­ses entre los que se encuentran Adriana Lestido, Sara Facio y Marcos Zimmermann.
Dmitry Chernov, Partisanos del pueblo N, 1941


El lema de esta edición "además de referirse al lí­mite visual donde el cielo y la tierra parecen unirse, tiene una enorme cantidad de acepciones, interpretaciones y metáforas, que permiten una rica exploración visual y conceptual", indicó a Télam Elda Harrington, directora del festival que este año convocará al sudafricano Roger Ballen, al guatemalteco Luis González Palma y al francés Patrick.

El evento también trae como novedad la convocatoria "25/25", dirigida a latinoamericanos menores de 25 años y soirées fotográficas que buscan acercar al público a obras de autores como la italiana Daria Addabbo, la estadounidense Marion Belanger, la inglesa Carlotta Cardana, la Holandesa Vivian Keulards y la rusa Mariya Kozhanova.

Mikhail Trakhman, 1943

Aunque el festival ya abrió sus puertas el último 1 de agosto en algunos puntos del país como en el Museo Franklin Rawson de San Juan con una muestra de Norberto Puzzolo o en el Bellas Artes de Neuquén, la apertura oficial tendrá lugar el martes próximo en el espacio de Junín 1930 con la exposición de Rivas, donde se exhibirán imágenes nunca antes vistas en Argentina.


Además de la gran antología de Rivas (1937-2009), el público podrá disfrutar de las imágenes del argentino Eduardo Longoni, el canadiense Frank Rodick y el
Yakov Davidzon, Funeral de partisanos, 1943
mexicano Jan Smithson, entre otros de los tantos invitados a celebrar los 25 años de los Encuentros Abiertos del Festival de la Luz, con talleres, mesas redondas y acciones en espacios públicos.


Entre las 26 sedes porteñas que participarán de esta edición se encuentran los centros culturales de la Cooperación en avenida Corrientes 1543, de Brasil en Argentina, ubicado en avenida Belgrano 552, y de España en Buenos Aires, situado en Florida 943; así como la Casa de la Cultura de avenida de Mayo 575, y la Alianza Francesa de avenida Córdoba 946 (Centro).

Buenos Aires contará con 17 espacios, como el museo de Arte y Memoria de La Plata y el de Arte contemporáneo de Junín; mientras que en el resto del país se sumarán otros 55 lugares en Catamarca, Chubut, Córdoba, Entre Ríos, Jujuy, La Rioja, La Pampa, Mendoza, Misiones, Neuquén, Río Negro, Salta, San Luis, Santa Cruz, Santa Fe, Tierra del Fuego y Tucumán. 
Anónimo. Oficial Nazi interroga a una mujer soviet


Organizado por la Fundación Luz Austral, este festival cuenta con el auspicio de Itaú Cultural junto a los ministerios de Cultura de Neuquén, San Juan, Salta y Ciudad de Buenos Aires, y cuenta con  la aprobación de la Ley de Mecenazgo porteña
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domingo, 10 de agosto de 2014

Viejo Expreso Patagónico


Famoso mundialmente entre los trenes turísticos que aún 

ruedan por el planeta, el Viejo Expreso Patagónico, también 

conocido como "La Trochita", es una reliquia viviente de una 

historia llena de aventuras, anécdotas y todo tipo de 


acontecimientos.


En la inmensidad de la estepa 

patagónica, atravesando los 

extensos territorios de 

Chubut, el trencito, de trocha 

súper económica, de 75 cm de ancho, cubre hoy un servicio 

turístico entre Esquel y Nahuel Pan y periódicamente el servicio 

de pasajeros hasta El Maitén, sede de los talleres centrales y hoy


cabecera norte del recorrido. 

Con sus máquinas Baldwin y 

Henschel y vagones fabricados 

hacia 1922, luego de varios 

años de trazado y tendido de 

vías, llegan a la Patagonia hacia 

1945, año en el que se realiza el viaje inaugural que llegara hasta 

Esquel. 
Fuente: Internet

Cien años después. La I Guerra Mundial como telón de la actualidad

La agencia fotográfica norteamericana Getty Images, que es uno de los mayores bancos de imágenes del mundo, presentó un interesante proyecto dedicado al centenario del inicio de la I Guerra Mundial: una serie de collages de fotos de archivo y fotos contemporáneas.

Fuente: Ria Novosti


Plaza frente al edificio de la Guardia Montada en el centro histórico de Londres. En 1915 aquí se exhibió un avión alemán capturado por el ejército inglés.

Edificio del Tribunal Real de Londres. El 9 de noviembre de 1918 en la calle Strand, en el centro de la capital británica, marcharon soldados serbios como parte del espectáculo de Lord Mayor de Londres.

En 1915 un fotógrafo logró captar el momento de la caída de la estatua de la Virgen de la iglesia francesa de la ciudad de Albert.

Centro de negocios de Londres New Broad Street . Durante la I Guerra Mundial aquí se encontraba el Banco Australaino. El 23 de junio de 1917 frente a él se fotografiaron varios soldados australianos.

Recámara musical en el pabellón real de Brightone, en la antigua residencia costera de los reyes de Gran Bretaña. Durante la I Guerra Mundial aquí estuvo ubicado un hospital para los soldados heridos indios.

Palacio de Blenheim, residencia campestre de los duques Marlborough, uno de los mayores conjuntos de parques y palacios de Inglaterra, ubicado en las afueras de Woodstock, en el condado de Oxforshire. Durante la I Guerra Mundial aquí radicó un hospital militar.

En noviembre de 1917 por las calles de la ciudad de Londres pasó un tanque Mark IV (Mk IV), que era un tanque pesado de los tiempos de la I Guerra Mundial.

Plaza frente al Royal Albert Hall; cadetes y soldados heridos durante la celebración del Día del Imperio, mayo de 1918.

BAM: la línea de ferrocarril que recorre el interior de Siberia

Este verano, uno de los proyectos de transporte de mayor envergadura y más costoso de la URSS, el BAM (Ferrocarril Baikal-Amur, por su nombre en ruso), cumple 40 años. El trayecto, que cruza la intransitable taigá, pasando por majestuosas cordilleras y anchos ríos, dio al país eslavo una segunda salida al océano Pacífico y acceso a las riquezas naturales de aquellos confines recónditos.

Fuente: RBTH

La idea de construir una ruta que atravesara las vastas extensiones de Siberia Oriental y del Extremo Oriente surgió a finales del siglo XIX. Pero el gobierno ruso solo mostró interés por el proyecto tras el fracaso de la guerra con Japón, en 1905, cuando se vio en la necesidad de reforzar sus fronteras orientales. 
En los años siguientes, se llevaron a cabo numerosos trabajos de exploración, interrumpidos por la Primera Guerra Mundial y la Revolución. Finalmente en 1971, llegaron al lugar las primeras brigadas de obreros para tender los rieles en el kilómetro cero.
En la ‘obra del siglo’ participaron cerca de dos millones de personas. Algunos iban atraídos por el romanticismo de la taigá, otros por los altos salarios. Muchos de ellos se quedaron en el BAM, asentados a lo largo de una hilera de aldeas y ciudades desperdigadas que a principios de los 90 entraron en decadencia.
El BAM constituye una de las rutas más largas del mundo. Actualmente cuenta con 4.300 km de vías, con una media de diez trenes por día. El transporte de mercancías por esta vía no es muy elevado: cerca de 12 millones de toneladas al año; la cantidad de pasajeros transportados asciende a 12 millones de personas anuales (cerca del 1 % de todo el tráfico de pasajeros de Rusia).
Sin embargo, a pesar del relativamente escaso volumen de pasajeros y de mercancías, el BAM representa la materialización de los ideales de los estrategas soviéticos. Uno de los principales objetivos logrados con la construcción del BAM fue la dotación de una comunicación eficaz con las regiones del extremo oriente del país a fin de evitar posibles incursiones en la sección oriental de la ruta transiberiana, ubicada prácticamente en la frontera: por ejemplo, en caso de un conflicto bélico con China. 
Los récords del BAM
La construcción de los 4.287 kilómetros de vías del BAM se llevó a cabo bajo unas condiciones extremadamente difíciles: temperaturas de 50 grados bajo cero en invierno, mosquitos en verano, un entorno geológico complejo (numerosas fallas, abundante agua subterránea), incluso una elevada actividad sísmica (hasta 9 grados en la escala de Richter).

La ruta debía atravesar once ríos caudalosos, siete cordilleras y cruzar más de mil kilómetros en regiones con una alta sismicidad y cubiertas de permafrost. Además se tuvieron que excavar ocho túneles, construir 142 puentes y más de 200 estaciones de ferrocarril. El BAM se convirtió en una obra de gran importancia para toda la Unión Soviética.Al inicio de la obra, el único medio de transporte capaz de llegar a los rincones más profundos de la taigá era el helicóptero. Se utilizaba para transportar los materiales, el equipo, los alimentos, el correo... Y, por supuesto, también a los propios obreros.
Fuente: Lori / Legion Media
Iván Varshavski, un afamado jefe de brigada, recordaba tiempo después:
“Se puede hablar mucho de nuestros éxitos, ¿pero a qué precio fueron alcanzados? Superamos extraordinarias dificultades: hablo del lodo que se cuela a través de la ropa, del olor del sudor y de los materiales, del viento helado, del calor extenuante, las fuertes lluvias y nevadas, la tensión física y psicológica... Cuando miro atrás, al camino recorrido, recuerdo con un ligero sentimiento de tristeza y de orgullo a los amigos, a la brigada, todo lo que tuvimos que soportar...”
Era una verdadera obra internacional: vinieron a trabajar rusos, ucranianos, kazajos, georgianos, armenios, moldavos, bielorrusos, azerbayanos, uzbekos, tayikos y representantes de otras nacionalidades de la URSS. Muchas aldeas fueron construidas por una de las repúblicas, regiones o ciudades representadas. Por ejemplo, la ciudad central de la ruta, Tynda, fue construida por los moscovitas; las estaciones de Niya y Ikabia fueron levantadas por georgianos; y los ucranianos fundaron la capital del carbón, Novi Urgal.
 
Fuente: Lori / Legion Media
El tramo más complicado del BAM fue el de Buriatia. Allí se excavaron los túneles más grandes de Eurasia: el túnel Baikal, de 7 kilómetros, y el Severomuiski, de 15 kilómetros.

Otro ‘famoso’ punto de la ruta es la aldea de Taksimo, conocida porque en sus alrededores se alcanzó el récord mundial de velocidad en el tendido de vías férreas. En agosto de 1984, en el tramo de Taksimo, la brigada de Alexander Bondar colocó en un solo día 5.400 metros de vías.A los constructores del BAM se toparon con una enorme barrera montañosa: la cordillera Baikal, con montes de hasta 2.500 metros de altura. El túnel se construyó por ambos lados y las obras no resultaron nada sencillas, puesto que dentro del túnel tuvieron que sortear varios ríos y un terremoto provocó un derrumbe. Una vez atravesada la cordillera Baikal por el túnel que lleva el mismo nombre, el ferrocarril sale al lago Baikal, y detrás de este viene el túnel Severomuiski: el túnel ferroviario más largo de Rusia, sin contar con las líneas del metro, que superan los 15 kilómetros. 
Quienes estén buscando un recorrido épico por el interior de Siberia lejos de los estereotipos deberían considerar viajar hacia el este por la ruta del BAM. Este trayecto hará que el viajero se sienta pionero en su exploración de algunos de los confines más aislados y exóticos de las grandes extensiones de Rusia.

A más de medio siglo de ser inundada, una ciudad en la región de Yaroslavl, reaparece debido a la escasez de agua

En la región de Yaroslavl, en el embalse de Rybinsk se construyó la ciudad de Mologa, que fue inundada en 1940 durante la construcción de las centrales hidroeléctricas. Hoy, debido a la escasez de agua en la región, el agua en esa zona se ha ido y se exponen las calles enteras, se pueden ver los cimientos de las casas, las paredes de las iglesias y otros edificios de la ciudad.

Fuente:RT.com





Desapareció de la faz de la tierra hace más de 50 años, pero hoy, la ciudad de Mologa en la región de Yaroslavl reapareció sobre la superficie del agua como resultado del bajo nivel de agua en la región. El  sitio fue hundido en 1940 durante la construcción de las centrales hidroeléctricas en el embalse de Rybinsk .
Los antiguos habitantes de la ciudad llegaron a las orillas del embalse de ver algo inusual. 
Dijeron que aparecían cimientos de las casas y calles contornos fuera del agua. Hasta algunos pudieron  ir a  visitar sus antiguos hogares. Incluso a nadar a las ruinas de la ciudad para pasear por su tierra natal.
"Venimos a visitar la ciudad inundada cada año. Por lo general cada año llevan flores que dejan en el agua, y los sacerdotes dan oraciones en barco, pero este año hay una oportunidad única para poner los pies en tierra firme, "- dijo el jefe de la ONG Zemlyachestvo mologzhan, Valentin Blatov.


Si no hubiera sido inundada en 1940, la ciudad hubiera cumplido 865 años de edad. Ciudad situada a 32 km del Rybinsk y 120 km de Yaroslavl en la confluencia de los ríos Volga y Mologi.
El 14 de septiembre 1935, se decidió iniciar la construcción de las obras de las centrales hidráulicas Rybinsk y Uglich, lo que resultaba que la ciudad estaba en la zona de inundación. Fue planeado originalmente para elevar el nivel del agua a 98 metros sobre el nivel del mar, pero luego la cifra había aumentado a 102 metros, lo que llevó de una central hidroeléctrica de 200 megavatios a 330 y la ciudad tuvo que ser echada a pique. 


viernes, 8 de agosto de 2014

El Mariinski y el Colón: más de un siglo de historia compartida

El intercambio entre los dos teatros siempre ha sido desigual. Mientras el de San Petersburgo aportaba su experiencia y mostraba a sus grandes figuras, el de Buenos Aires se entregaba a la admiración de los artistas del Mariinski al tiempo que le servía de refugio en épocas convulsas.

Fuente: RBTH


El Mariinski y el Colón: más de un siglo de historia compartida
El teatro Mariinski. 

El Teatro Colón comenzó sus representaciones en 1908. Para entonces el Mariinski de San Petersburgo, que debe su nombre a María esposa de Alejandro II, llevaba casi cinco décadas en funcionamiento. 
Fue en la década de 1910 cuando los gestores del Colón (empujados por una burguesía porteña acostumbrada a visitar los grandes teatros europeos), comenzaron a contratar a compañías como el Ballets Rusos de Diághilev.
El bailarín principal era Vaslav Nijinski, formado en la Escuela Imperial de San Petersburgo. Fue el primer ballet importante que visitaba Buenos Aires y Nijinski deslumbró a todos con sus representaciones de El baile de los cisnesCleopatra o Las danzas Polovtsianas. La compañía hizo dos giras en Buenos Aires, en 1913 y 1917, y en la primera visita Nijinski contrajo matrimonio en la Iglesia de San Miguel con la bailarina Romola de Pulszky, a quien había conocido en el barco que les traía a la Argentina. 

Anna Pavlova, también de la Escuela de San Petersburgo, se había marchado de la compañía de Diághilev unos años antes disgustada por el giro hacia la modernidad que habían tomado las representaciones. Pero vino al Colón poco después con su propia compañía. Según cuenta Enrique Destaville, historiador de danza, “la Pavlova para entonces se había instalado en Londres y había contratado principalmente a bailarines del Mariinski”. 
Tras unos años convulsos, en 1925 llegó desde San Petersburgo la óperaEl gallo de oro con Adolp Bolm como repositor de la obra. “El consejo principal que Bolm dio a la directiva del Colón fue que se formara la compañía de ballet del teatro y así fue como le adjudicaron la dirección. Con él vino George Kyasth quien se ocupó de la formación de los alumnos. Pero cuando terminó el año se volvieron a San Petersburgo”, cuenta Destaville. 

Los siguientes directores del ballet también vinieron del Mariinski. Bromislava Nijinska, hermana de Nijisnki, vino con su marido y con algunos bailarines que ella había formado. Para Destaville, “ella fue una auténtica representante del Mariinski en Buenos Aires. En su método de enseñanza y en su forma de crear las obras a bailar era una representación total del modernismo en el ballet. Lo dejó todo por venir aquí y estuvo entre 1926 y 1927”. Después llegaría Borís Romanov, maestro de baile en San Petersburgo, trayendo consigo a su esposa y al primer bailarín del Mariinski que había huido con Romanov a Occidente, Anatoli Oboukhov. 
Pero hacia 1934 los lazos entre los dos teatros desaparecieron. Las relaciones diplomáticas entre Rusia y Argentina se habían roto durante la era soviética y sólo se restablecieron hacia 1950. Así que los intercambios entre el Mariinski (que había pasado a llamarse Kirov) y el Colón fueron muy discontinuos. 
En 1971 llegó a Buenos Aires Rudolf Nureyev, contratado por el Colón para montar con su ballet estable una versión de El Cascanueces en la que él mismo bailaba. Para el rol principal contó con la bailarina Olga Ferri quien al terminar la representación fue tan ovacionada que saludó al público con humildad. Según la versión de la bailarina, Nureyev le dijo: “Nunca más saludes con humildad, si no como lo que eres, una gran bailarina, de lo contrario no te habría elegido”. 
Las grandes colas que se formaron en el Colón para adquirir las entradas de El Cascanueces impresionaron tanto a Nureyev, que cuando acudía a los ensayos les llevaba facturas para hacerles más leve la espera. 
“A finales del siglo XX la colaboración entre los dos teatros fue mucho más fluida”, cuenta Destaville. En 1999 vinieron Valery Guérgiev, director del Teatro Mariinski, el coreógrafo y director del ballet y una primera delegación de bailarines, “algunos de los cuales ya eran conocidos aquí porque habían actuado en los escenarios porteños individualmente”.  Así se pudo volver a ver a Uliana Lopatkina e Igor Zelenski en una deslumbrante representación de El lago de los cisnes. 
Ya por entonces el Teatro Colón había mostrado en Rusia las virtudes de uno de sus grandes bailarines: Julio Bocca. El artista que había recibido la medalla de oro en el Concurso Internacional de Ballet de Moscú en 1985, actuó diez años después como artista invitado en el Mariinski con La Bayadera. También subió al escenario a su compañía Ballet Argentino y fueron los primeros extranjeros que actuaron en el Hermitage de San Petersburgo. 
Pero quien mejor representa el arte argentino actualmente en el Mariinski es el director de orquesta Gustavo Plis Sterenberg. En 1986 recibió una beca del Ministerio de Cultura de la Unión Soviética para estudiar en Moscú. Enrique Destaville le recuerda de su época antes de marcharse: “Me acuerdo de él cuando iba al Colón a hacer cola para comprar las entradas, fue a principio de los 70 cuando hubo una época dorada en la programación del teatro”. 
Sterenberg ha sido el primer extranjero en 76 años en ser aceptado como director de orquesta permanente del Teatro Mariinski, y para Destaville es incluso lógico ya que “es un excelente director de orquesta y sobre todo muy comprensivo de la música del ballet”.
La reciente visita de Valery Guérgiev al Colón dirigiendo el concierto La música de la ciudad de las noches blancas ha tenido como colofón la firma de un acuerdo de colaboración ente los dos teatros. Se vuelve a enlazar así la historia de dos teatros que siempre han caminado de forma paralela
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