5 joyas naturales de Rusia a punto de desaparecer
3 de junio de 2014
Los conservacionistas trabajan duro en Rusia, pero el desarrollo, el cambio climático y los contaminantes industriales hacen lo propio con mayor rapidez. Muchos lugares históricos, si es que aún existen, no son más que vestigios de su antigua belleza. Rusia tiene joyas naturales que se hallan en grave peligro y vale la pena visitarlas para mantenerlas vivas… aunque sea en tu memoria.
Los bosques vírgenes de Komi
Lo primero que hay que señalar es que estos bosques son mágicos. Los bosques vírgenes de Komi son muy antiguos y están relativamente poco alterados por la acción del hombre, un paisaje de abetos, alerces, y piceas siberianos, con copas frondosas que parecen de terciopelo, y maleza.
Es uno de los bosques más antiguos y el primer lugar natural de Rusia que fue declarado Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Los bosques vírgenes de Komi, el tesoro más rico de la taiga, es hogar de más de 40 especies de mamíferos, de 16 tipos de peces, así como de cientos de especies de aves raras.
Se encuentran en la parte norte de los Montes de los Urales, en la ecorregión de la taiga, y con sus 32.800 km² tiene el mismo tamaño que Bélgica.
Fuente: Geo Photo
A pesar del reconocimiento del área como Patrimonio de la Humanidad, su futuro se ve amenazado: las talas ilegales y la extracción de oro son los culpables. A consecuencia de las perforaciones y de las voladuras, algunos de estos paisajes únicos han quedado destruidos, mientras que ríos y lagos están contaminados. Greenpeace está presionando para incluir los bosques vírgenes Komi en la lista de Patrimonio de la Humanidad en peligro de la Unesco.
En los bosques se fomenta el turismo ecológico. Puedes encontrar más información acerca de cómo llegar allí, así como los tipos de alojamiento en este enlace.
Isla Starichkov
Esta pequeña isla rocosa (de sólo 0,5 kilómetros cuadrados) en la bahía Avacha (península de Kamchatka) es una reserva natural donde la vida bulle: aloja 44 colonias de 11 especies de aves marítimas. El número total de pájaros que viven en las islas Starichkov rebasa los 50.000. La isla -su nombre significa “gente vieja”- es una reserva natural desde 1981, cuando un grupo de ornitólogos de la Academia de las Ciencias de Rusia llevó a cabo observaciones científicas en la isla.
Fuente: Lori / Legion Media
Pero Starichkov está gravemente afectada por la pesca industrial en sus orillas. Las aguas se han convertido también en un basurero militar, ya que el personal de las bases de la Flota Militar Rusa desechó municiones de armas en el agua. Muchas especies raras de peces y cangrejos se han extinguido prácticamente a consecuencia de un ecosistema desequilibrado que, a su vez, ha tenido un efecto perjudicial sobre las poblaciones de aves.
La arquitectura de madera de Maly Karely
Para muchos extranjeros los lugares donde se concentra la idiosincrasia rusa son los pueblos rústicos con iglesias o pequeñas cabañas de madera, con nalíchniki, esos marcos de ventanas adornados con colores vistosos. (Algunos extranjeros, no sin cierta polémica, incluso se llevaron esos adornos de ventanas y puertas de edificios en ruinas). Además, un éxodo masivo de residentes de las regiones rurales al norte de Rusia ha causado más destrucción de edificios de madera que las guerras o el vandalismo. Un gran número de iglesias de madera se ha perdido: algunas se han dejado pudrir, mientras que otras han acabado destruidas por el tiempo o el abandono.
Algunas piezas arquitectónicas de madera se han salvado gracias a abogados y conservacionistas. A menudo trabajan contra viento y marea. Pero cada vez hay más casas e iglesias en un estado ruinoso. Los museos al aire libre, aún evocadores, preservan ejemplos de esta arquitectura.
Fuente: Alamy / Legion Media
Los turistas que quieran ver estas iglesias de madera y casas espectaculares en emplazamientos remotos pueden visitar la colección Malye Karely, cerca de Arjánguelsk.
La iglesia de cinco cúpulas de la Ascensión y otras joyas de la arquitectura del siglo XVII han encontrado aquí una nueva y pintoresca casa. Hay molinos de viento y animales, celebraciones populares y conciertos para redondear las actividades. También el museo Vitoslavitsy, cerca de Veliki Nóvgorod, ofrece otra gran colección en un entorno espectacular. Construcciones restauradas de madera de toda la región están alineadas en la orilla pantanosa del río Vóljov.
Por último, el complejo eclesiástico Kizhí (conocido como Kizhí Pogost) fue uno de los primeros lugares rusos en ser declarados patrimonio cultural de la Unesco. Para la mayoría de los rusos, la isla de Kizhí es el ejemplo por antonomasia de la arquitectura medieval de madera: sin usar otra herramienta que un hacha de carpintero, artesanos anónimos crearon obras maestras impresionantes.
El lago Baikal y el río Angara
El lago Baikal es un mundo en sí mismo. Exquisitamente aislado, es el lago de agua dulce más antiguo y más profundo del mundo y está habitado por miles de especies de pájaros, animales, plantas, peces y microorganismos, muchos de los cuales no se encuentran en ninguna otra extensión de agua del mundo. Rodeado por las Montañas Baikal, el lago mide de norte a sur alrededor de 636 kilómetros, la distancia que hay entre Moscú y San Petersburgo. Dos tercios de la vida que hay sobre, alrededor y dentro del lago Baikal no se encuentran en ninguna otra masa de agua en el planeta.
El río Angara, que desagua en el lago Baikal, tiene 1.229 kilómetros de largo.
Fuente: Lori / Legion Media
Hasta fecha reciente era considerado uno de los ríos más limpios del mundo, pero hoy es imposible beber agua de su cauce sin antes hervirla, y en algunas regiones está prohibido comer peces que se hayan pescado en Angara. La principal razón es la actividad de la cascada de la central hidroeléctrica construida en la orilla durante la era soviética. Ahora, hay cuatro estaciones trabajando en el río y cuatro más en construcción.
Según la organización ecologista WWF, la actividad en las centrales no sólo puede contaminar las prístinas aguas del lago Baikal y su fauna, sino que también puede perjudicar los bosques de abetos siberianos en sus orillas.
Víborg
Situada en el istmo de Carelia, en el óblast de Leningrado, esta ciudad se conoce desde hace tiempo por ser la frontera que divide dos mundos, el ruso y el escandinavo. Una frontera que históricamente ha sido fluida.
Fuente: Geo Photo
La última vez que cambió de manos fue en 1944, cuando la Unión Soviética se la arrebató a Finlandia durante la Segunda Guerra Mundial.
Manos rusas, suecas y finlandesas han moldeado la ciudad y sus edificios, a veces alentando el trabajo uno de otro, en otras ocasiones borrándolo.
Durante el último medio siglo Víborg fue abandonado hasta que cayó en un absoluto deterioro. Viejos edificios languidecen en estado de ruina y abandono, inutilizados para el uso. A menudo estos edificios históricos son derribados por inversores bajo el pretexto de estar preocupados por su peligrosidad. Pero en realidad lo que hacen es despejar el camino para nuevas edificaciones.
Arquitectos y conservacionistas se han organizado en los últimos años para detener, o al menos frenar, la destrucción del legado arquitectónico de la ciudad. Actualmente se tiene la impresión de que casi todo en Víborg está bajo amenaza de demolición: desde edificios suecos del siglo XV hasta bloques de pisos finlandeses de la década de 1930. Son buenas razones para visitar pronto Víborg, antes de que se convierta en un recuerdo de lo que una vez fue.