lunes, 30 de enero de 2017

Presentaron la pelota para el Mundial Rusia 2018

A falta de menos de dos años, la FIFA presentó a Krasava el balón oficial del próximo Mundial de Rusia 2018 y la Copa Confederaciones de este año. 

Fuente: Perfil

 Si bien la Selección Argentina todavía no está clasificada, sin dudas el Mundial de Rusia 2018 es el objetivo de todos los fanáticos del fútbol.

A falta de poco menos de dos años para su comienzo, la FIFA se encargó de aumentar las expectativas por el evento y ya presentó a la máxima figura del certamen: la pelota.
Fabricada por uno de los sponsors oficiales del Mundial, Adidas, la Krasava será el balón oficial de la Copa Confederaciones 2017 y el posterior Mundial.
La pelota presenta un diseño con lineas irregulares y de color rojo, característico del país anfitrión, similar al de un rubí ruso, “metafóricamente, la joya del fútbol”, expresó la FIFA en un comunicado.

“La estructura del balón incorpora una forma de los paneles innovadora y ampliamente elogiada, que ofrece una estructura de la cubierta de primera calidad, un mejor agarre y una gran visibilidad en el aire”, concluyó.
A su vez, el nombre, Krasava, se lo debe a un adjetivo coloquial impuesto por los rusos para describir grandes partidos de fútbol.

Recta final: Faltan 500 días para el Mundial de Rusia 2018

Varias ciudades sedes del evento están celebrando la cuenta regresiva hasta la Copa Mundial de Fútbol.

Fuente: RT


Quedan 500 días para que arranque la Copa Mundial de Fútbol del 2018. A partir del 14 de junio del próximo año, se disputarán los partidos del mayor torneo del planeta en 11 ciudades de Rusia.

Este lunes varias ciudades sedes de la próxima Copa Mundial están celebrando esta jornada con varias fiestas, competiciones y la instalación de atributos de la Copa.
En particular, en la ciudad de Rostov del Don, en el sur del país, se ha realizado un torneo de fútbol y será inaugurada una señal que indica la distancia de la ciudad a las otras sedes del evento. Centenares de futuros voluntarios lanzarán al cielo globos de luces con los colores de la bandera rusa.
En San Petersburgo tiene lugar una rueda de prensa en la que se discuten las cuestiones actuales relacionadas con los preparativos para el Mundial Rusia 2018.  En Kaliningrado y Ekaterimburgo se instalarán relojes que marcarán la cuenta atrás hacia el evento deportivo.

Por su parte, en Moscú continúa la renovación del Luzhnikí, el estadio principal de la capital rusa, que será el complejo clave de la próxima Copa Mundial de la FIFA. Precisamente en ese estadio comenzará a rodar el balón el 14 de junio de 2018.

Otro lote de trolebuses rusos "Trolza" enviado a la ciudad de Rosario (Argentina)


La compañía rusa "Trolza" completa el envío de los electrobuses a la empresa argentina SEMPTUR. Los primeros electrobuses fueron enviados al cliente a finales de 2016. El resto de los electrobuses, según el contrato, serán enviados para la ciudad de Rosario en los próximos días.

Fuente: Trolza


El 28 de de enero de 2017 el otro lote de electrobuses fue entregado al transportista. Fueron enviados al puerto marítimo de San Petersburgo para su embarque en el ferry. Después de ser transbordados en el ferry trasatlántico en Amberes (Bélgica), los electrobuses llegarán al puerto argentino de Zárate.

Cabe señalar, que en el marco del contrato firmado con el valor de US $ 4,1 millones y cumpliendo con las condiciones de DDP-Rosario se suministrarán 12 electrobuses Trolza-5265 "Megapolis". Los electrobuses están equipados con el aire acondicionado en la cabina del conductor y en la cabina de pasajeros, 4 cámaras de video, sistemas GPS / GLONASS. Todos los electrobuses tienen un sistema de marcha autónoma de hasta 20 km que funciona con las baterías de iones de litio fabricadas en Rusia. Esto permite que el electrobús se mueva a lo largo de las calles sin el uso del tendido y permite también crear nuevas rutas.

Vale la pena señalar, que en 2015 se celebró un contrato para el suministro de 7 electrobuses "Trolza" a la ciudad de Córdoba. En total, a Argentina y Colombia fueron exportados más de 200 trolebuses producidos en la planta.

El Director General de "Trolza", S. A. C. Sr. Iván Kotvitskiy comentó: "La Compañía "Trolza" embarcó un otro lote de electrobuses para Rosario. La ejecución de este contrato es muy importante para nosotros. Éste es el segundo contrato para el suministro de electrobuses "Trolza" a Argentina en 3 años, firmado con el apoyo del Ministerio de Industria y Comercio de Rusia y la Representación de Comercio de Rusia en Argentina. Gracias a la fructífera labor con nuestros socios argentinos en Córdoba hemos hecho un gran progreso en la creación de vehículos de pasajeros, totalmente adaptados a las características climáticas de Argentina. Estoy seguro de que la gran calidad, comodidad y las características innovadoras de los electrobuses "Trolza" serán apreciados por nuestros amigos argentinos en Rosario. Espero que nuestros suministros al mercado argentino vayan a continuar en el futuro ".
______________________________________________________
     "Trolza" es el mayor productor ruso de electrobuses ubicado en la ciudad de Engels, región de Saratov. Hoy por hoy más del 70% de los trolebuses en Rusia se fabrican por "Trolza", S.A.C. Los electrobuses fabricados en Engels se utilizan en 84 ciudades en Rusia y en el extranjero.
      Los nuevos desarrollos de "Trolza" cumplen con los requisitos del programa público "Ahorro de energía y eficiencia energética para el período hasta el 2020", "Seguridad ambiental de Rusia hasta el 2020" y "El medio ambiente accesible". En la actualidad se producen los electrobuses con la marcha prolongada y se están completando las pruebas de prototipo de un modelo único para el mercado ruso.

sábado, 28 de enero de 2017

Artistas retratan su experiencia en el Transiberiano

Jóvenes artistas rusos y británicos hicieron la ruta del Transiberiano. El inspirador viaje se convirtió en un espacio de encuentro y de creación.


Un grupo de artistas británicos y rusos realizó el mítico viaje del Transiberiano, un viaje soñado por muchos. Pararon en Ekaterimburgo, Kazán, Novosibirsk y Krasnoyarsk. El viaje formó parte de los eventos del Año de la Lengua y la Literatrua Rusia-Reino Unido.

El viaje a través de Eurasia es una aventura única, una experiencia que se recuerda toda la vida. Además de los fantásticos paisajes se puede conocer la vida cotidiana de los habitantes locales.
El viaje comenzó el pasado 24 de octubre en Moscú. El equipo internacional pasó 14 días juntos, visitó cinco ciudades y recorrieron miles de kilómetros en un mismo vagón. Tanto sus impresiones personales, como sus espontáneas colaboraciones artísticas, así como sus conversaciones se colgaron en un diario online, escrito en inglés y en ruso.

En diciembre se publicará una web para mostrar online todo el arte que este viaje ha inspirado, así como un video sobre el mismo. Incluirá materiales audiovisuales y literarios realizados durante el viaje.

El grupo realizó paradas en Kazán, capital de la República de Tatarstán; en Ekaterimburgo, tercera ciudad de Rusia situada en los Urales; y en dos ciudades siberianas: Novosibirsk y Krasnoyarsk, donde asisitieron a la feria del libro.



"Estamos de pie en una plataforma a las 2 de la madrugada, la nieve intenta caer, el aire tiene matices metálicos y el viento es tan fuerte que me lamento de haber perdido mi gorro de piel en Moscú. 


Alguien del British Council dice con pesimismo que en Krasnoyarsk hará -20ºC cuando lleguemos,  y no menos tristemente anuncia que pronto empezarán nuestras clases de ruso...", reflexiona Andrew Dickson (en la foto) escritor y crítico literario experto en Shakespeare.


El crítico literario Konstantin Milchin participó en un debate sobre las literaturas contemporáneas en inglés y ruso durante el viaje.

“Translit es una experiencia de viaje fantástica, se descubren lenguas y hay un aprendizaje mutuo constante. Enseñamos a los británicos, los británicos nos enseñan a nosotros y todo ocurre de una manera tan espontánea, como si se uniese al mismo viaje en tren", explica Alisa Ganíeva, escritora y crítica literaria.









Gruff Rhys, líder de la banda de rock psicodélico Super Furry Animals, escribió varias canciones inspirado en el viaje. Una de ellas está basada en el poema "Una nube en pantalones" de Vladímir Maiakovski, que Rhys describe como una "original traducción basada en las tendencias del siglo XXI".

El Transiberiano es uno de los viajes en ferrocarril más fascinantes del mundo. Es el recorrido en tren más largo del mundo y el que más estaciones tiene.

Por qué Rusia construyó el ferrocarril Transiberiano

El historiador  Dv.land explica cómo Rusia temía la expansión de China hacia sus territorios del Extremo Oriente y decidió construir el ferrocarril Transiberiano hace 125 años.

Fuente: RBTH


En 1890, la parte europea de Rusia tenía una red de ferrocarriles que se medía casi 30.000 kilómetros, gracias a un eficaz sistema de asociación del sector público y privado.
Mientras tanto, al este de los montes Urales, que separan Europa y Asia, no había un solo kilómetro de vías de ferrocarril, a pesar de que el emperador Alejandro III lo había propuesto. En 1886, dijo “El gobierno todavía no ha hecho nada para satisfacer las necesidades de esta región, rica pero fronteriza”.
La idea de construir un ferrocarril desde Moscú hasta el océano Pacífico parecía imposible. Si la construcción del ferrocarril San Petersburgo-Moscú, de 650 kilómetros (inaugurado en 1851) costó 67 millones de rublos (en un momento en que el gobierno tenía unos ingresos anuales de 200 millones de rublos), para conectar Moscú con Vladivostok harían falta al menos 330 millones de rublos (unos 7.000 millones de dólares hoy en día).
Al mismo tiempo, después de que la guerra de Crimea (1853-56) agotara los recursos de Rusia, las arcas estaban vacías. Otro factor que asustaba al gobierno era el hecho de que el Transiberiano debía construirse a través de un territorio casi despoblado como Siberia, cruzando cientos de ríos grandes y pequeños. De modo que los burócratas respondieron a Alejandro III diciendo que el proyecto no era posible.
Nadie sospechaba que solo unos años después habría descubrimientos que eliminarían el miedo de unos costes tan exorbitantes. En julio de 1890 San Petersburgo se quedó atónica por la alarmante noticia de que China había comenzado a construir un ferrocarril hasta la periferia del Extremo Oriente ruso.

Una tierra lejana

No fue hasta mediados del siglo XIX que Rusia pudo cerrar varios acuerdos con la dinastía Qing que daban al Imperio ruso la tienda que ahora comprende las regiones de Amur, Primorie, Sajalín, la Región Autónoma Judía y una gran parte del territorio de Jabárovsk.
En aquel momento, el ferrocarril acababa en los Urales. Desde allí únicamente había un camino de postas que se extendía a lo largo de Siberia. Desde el Baikal se podía llegar a Vladivostok en barco a través de los ríos Shilka y Amur. En invierno, cuando el Amur estaba congelado, o en verano, cuando este se secaba, la comunicación regular se interrumpía. El viaje por caminos duraba al menos 11 meses.
La alternativa era una ruta marítima rodeando India, China, Corea y Japón. El viaje duraba hasta seis meses, pero cualquier posible conflicto entre Rusia y Gran Bretaña, China o Japón habría cortado inmediatamente la comunicación entre el Extremo Oriente y la Rusia Europea. De hecho, el Extremo Oriente ruso en aquella época se parecía bastante a una “isla” alejada de Rusia.

La amenaza china

El aislamiento de sus territorios asiáticos fue la causa de que San Petersburgo se asustara cuando en verano de 1890 supo de los planes de China para construir un ferrocarril hasta la periferia del Extremo Oriente ruso.
China, con la ayuda de ingenieros ingleses, empezó a extender su ferrocarril desde Pekín hacia el norte, hacia Manchuria y más allá hasta la ciudad de Hunchun, situada en la intersección de tres países: China, Rusia y Corea, a solo 100 kilómetros de Vladivostok.
En aquel momento China tenía 400 millones de habitantes, y las regiones rusas que limitaban con este país tenían una población de menos de dos millones. En agosto de 1890, el ministro de Asuntos Exteriores del Imperio Ruso, Nikolái Girs, declaró que la construcción del ferrocarril Transiberiano era algo “de vital importancia”.
Los asuntos geopolíticos pasaron por delante de las dudas económicas y Alejandro III ordenó al príncipe de la corona Nicolás que supervisara personalmente la construcción del ferrocarril en Vladivostok.
La construcción de la Gran Ruta Siberiana, como se llamaba entonces el Transiberiano, comenzó el 31 de mayo de 1891.

Empieza la construcción

El ferrocarril y el proceso de su construcción desempeñaron un papel crucial en el desarrollo socio económico del Extremo Oriente ruso. Solo cinco años después de que comenzara la construcción del ferrocarril, el volumen de carga del puerto de Vladivostok pasó a ser más de 30 veces mayor.
Una gran cantidad de los productos importados estaban destinados a la construcción del ferrocarril. Con el inicio de esta ruta de ferrocarril desde el Pacífico hasta los Urales, Vladivostok se convirtió en la puerta marítima para un ferrocarril transcontinental.
Curiosamente, el ferrocarril propuesto por China desde Pekín hacia el norte que tanto asustaba a Rusia no se terminó hasta varias décadas después de que el Transiberiano estuviera listo.

En la actualidad, un viaje desde San Petersburgo hasta Vladivostok en tren dura seis días y cinco horas y el precio de un billete es de a partir de 243 dólares. En avión este viaje dura 11 horas (con transbordo en Moscú) y cuesta 260 dólares.

viernes, 27 de enero de 2017

¿Por qué el ruso es tan difícil?


¿Por qué el ruso es tan difícil?

Fuente: RBTH
Te mostramos las claves de la lengua rusa. Los casos, la pronunciación y los verbos de movimiento son de lo más difícil. Aunque también hay partes fáciles como las conjugaciones verbales y la falta de artículos.

Un montón de símbolos desconocidos” — así describe Mayu Okamoto, traductora japonesa, su primer contacto con el alfabeto ruso. Los extranjeros, acostumbrados al alfabeto latino (incluso la mayoría de los habitantes de Asia están familiarizados con el inglés), se dan cuenta desde el primer vistazo que el ruso es algo especial.

Unas letras misteriosas

Natalia Blinova, profesora de ruso como lengua extranjera, comenta que los extranjeros empiezan a agitarse en sus pupitres cuando les dicen que el ruso tiene 33 letras, pero varios sonidos más. En ocasiones las letras no se pronuncian como se escriben (los rusos escriben “joroshó” pero dicen “jarashó”), y otras letras y sonidos son específicos de la lengua.
Es especialmente difícil aprender a pronunciar la letra “Ы”. En un debate al respecto en internet, una estudiante anglófona escribe que sus amigos rusos le recomiendan separar de la palabra “table” el sonido entre la “b” y la “l”, pero no todos lo logran. Cuando los extranjeros se acostumbran al sonido representado por “Ы”, hay otros retos esperándoles: la “Ш” y la “Щ”. Según Natalia Blinova, los extranjeros únicamente distinguen estas dos letras por la cola. No existe ningún otro método.
Además, resulta muy difícil acostumbrarse a la acentuación rusa: no solo puede acentuarse cualquier sílaba (a diferencia, por ejemplo, del francés), sino que además el acento cambia dependiendo de la forma de la palabra. “Es impredecible — comenta Anna Soloviova, profesora del Instituto de Lengua y Cultura Rusas de la  Universidad Estatal de Moscú— . Es prácticamente imposible entender por qué el plural de la palabra /stol/ es /stolí/, y sin embargo el de /telefón/ es /telefóni/.

Las declinaciones

Supongamos que ha logrado superar la barrera de la fonética rusa y que por fin ha aprendido a pronunciar las palabras. La nueva prueba es la gramática. “Para mí lo más complicado fue aprenderme los seis casos en lengua rusa, nosotros tenemos menos” — recuerda su experiencia aprendiendo ruso el estudiante alemán Simon Schirrmacher. Según este, no fue capaz de dominar los casos hasta después de pasar un año viviendo en Rusia.
Esto resulta especialmente difícil para los extranjeros cuyas lenguas no se declinan o en las que no afectan a la estructura de la palabra, como los hispanohablantes. “¡Era inconcebible para mí que las palabras tuvieran que cambiar según el caso! ¡Un horror! —Cuenta Mayu Okamoto—. Y además los verbos se conjugan. Cada vez que intentas pronunciar una frase debes pensar en cómo se flexiona cada palabra, debes escoger la forma correcta”.

La complejidad del verbo

Una particularidad de la lengua rusa que a los extranjeros les cuesta entender es el aspecto verbal. “Tengo la esperanza de que algún día, un buen día, lograré entenderlo” —comenta Simon Schirrmacher con educación pero sin gran esperanza. Mayo Okamoto describe su experiencia de este modo: “Recuerdo que me he leído el manual con sus imágenes sobre la diferencia entre ‘prishol’ [fue] y ‘prijodil’ [iba] cientos de veces. ¿Qué significa? ¿Dónde está ahora? ¿Sigue allí o ya se ha ido? Es horrible”.


Una dificultad añadida son los verbos de movimiento: en ruso hay muchos de ellos. “Por ejemplo, el sencillo verbo “ir” en ruso se puede traducir por ‘jodit’, ‘idtí’, ‘poití’, ‘ejat’, ‘poyejat’, ‘ezdit’, etc. — comenta Natalia Blinova. Anna Soloviova recuerda su verbo favorito, “katatsia”, que puede traducirse como “utilizar un medio de transporte no para desplazarse, sino como entretenimiento”. Además, a todos estos verbos pueden añadirse prefijos que cambian su significado. Por si los extranjeros creían que ya lo tenían dominado.

La parte fácil

Pero no hay que desesperarse: en algunos aspectos el ruso es más fácil que otras lenguas. Las profesoras recuerdan, en primer lugar, la ausencia de artículos y la escasa cantidad de tiempos verbales (en comparación con las lenguas europeas): solo hay tres.
Soloviova opina que la lengua rusa no es más difícil de aprender que el inglés, simplemente hay que acostumbrarse a ella. “Si los extranjeros estudiaran el ruso como el inglés, desde la infancia, no parecería tan difícil” — asegura la lingüista. Natalia Blinova, por su parte, señala que existen lenguas más complejas que el ruso, como el chino o el árabe.
“En ruso, los elementos gramaticales más terribles acaban cuando se alcanza el nivel A2 —comenta Blinova—. A partir de entonces empieza la libertad y el estudiante puede empezar a disfrutar de una lengua magnífica como es el ruso”.

miércoles, 13 de abril de 2016

55 años del viaje de Yuri Gagarin hacia las estrellas

Este año se cumplen 55 años del vuelo de Yuri Gagarin alrededor de la Tierra. En la Rusia actual la sociedad sigue soñando con las estrellas. Entusiastas y blogueros han comenzado a fabricar sus propios satélites.

Fuente: RBTH



“¡Camaradas! ¡La tierra soviética se ha convertido en una orilla del Universo!”, reza un antiguo cartel en el que aparece un joven sonriente y entusiasmado. Detrás de él se ven planetas, el Kremlin y un cohete que vuela hacia el cielo. En la mano lleva un billete “de ida y vuelta”, es decir, de ida al espacio y vuelta a la patria, a la URSS.
Generaciones enteras de soviéticos crecieron con la idea de que ellos “escribirían los anales de la conquista del Universo”. ¿Cómo se desarrolla la industria espacial en Rusia hoy en día y qué ha sucedido con el sueño de llegar a las estrellas?
El vuelo de Yuri Gagarin del 12 de abril de 1961 fue uno de los primeros grandes logros de la URSS en el espacio. Pero mientras el mundo entero observaba conteniendo la respiración al primer hombre en la órbita terrestre, el gobierno estadounidense experimentaba un sentimiento de alarma: el portacohetes R-7 que puso en órbita la nave de Gagarin Vostok-1 había sido diseñado en un principio para dirigir cabezas nucleares contra EE UU.

Durante la guerra fría, el espacio fue un ámbito en el que las dos superpotencias podían hacer alarde de su poder y enseñarse los dientes mutuamente evitando el conflicto abierto. Durante esta época, en la URSS se publicaron numerosos carteles de temática espacial. El espacio se fue convirtiendo en una herramienta para motivar al proletariado.
A principios de los años 70, la élite del gobierno de la URSS se alarmó por la noticia sobre la creación del Transbordador STS. Estados Unidos quería dar un salto de calidad en el ámbito de la utilización del espacio cercano a la Tierra con fines militares.
La Unión Soviética temía que EE UU utilizara las lanzaderas espaciales para disparar su armamento nuclear o robar los satélites soviéticos. Para evitarlo, el gobierno de la URSS empleó todas sus fuerzas en el desarrollo del programa espacial “Energía-Burán”. Ambas potencias destinaron sumas estratosféricas de dinero para la realización de sus planes: unos 200.000 millones de dólares en el programa del Transbordador STS y unos 16.000-17.000 millones de dólares en el programa Burán.
La perestroika, la caída de la URSS y la crisis de los años 90 en Rusia lo cambiaron todo. Debido a las dificultades económicas, Rusia tuvo que detener el proyecto de creación de la nueva estación orbital Mir-2, llamada a remplazar a la estación Mir (que dejó de funcionar en 2001).

En junio de 1992 Rusia y EE UU firmaron un acuerdo de cooperación en investigación espacial. Roscosmos propuso a la NASA crear la Estación Espacial Internacional (EEI), que inicialmente era un proyecto de EE UU, Canadá, Japón y la Agencia Espacial Europea.
Durante los últimos años, los astronautas de todo el mundo vuelan a la EEI exclusivamente en las naves rusas Soyuz. No obstante, el año pasado las empresas privadas SpaceX y Boeing obtuvieron 6.800 millones de dólares de la NASA para el desarrollo de una nueva nave de transporte que debería estar lista a finales de 2017.
Según el director de Roscosmos, Ígor Komarov, actualmente entre los países que trabajan en el ámbito del espacio reina una armonía total: “A pesar de la tensión existente en la Tierra, en la EEI el proceso transcurre a la inversa. Compartimos los resultados de nuestras investigaciones, así como los aparatos científicos. Hemos acordado con la NASA y con la Agencia Espacial Europea (AEE) que seguiremos desarrollando juntos programas científicos y misiones tripuladas”.
Según señala Komarov, el club de los “países espaciales” seguirá creciendo en el futuro: “Nuestras puertas están abiertas para los países que empiezan a dedicarse a la investigación en el ámbito del espacio”, señala.
A finales de marzo el gobierno de Rusia aprobó el proyecto del nuevo programa espacial para los años 2016-2025. Una de sus prioridades es el desarrollo del segmento ruso de la EEI. El uso de la estación se ampliará hasta 2024.
Según Komarov, Roscosmos está negociando la exploración conjunta de Marte con la NASA y la AEE en el proyecto ExoMars. Sin embargo, durante los próximos diez años Rusia se concentrará principalmente en el estudio de la órbita cercana a la Tierra, la radiación espacial y la actividad solar, así como en la preparación de la exploración de la Luna más allá de 2025. Según los planes de Roscosmos, los cosmonautas rusos no aterrizarán en la luna hasta 2030.
“Debemos resolver muchas cuestiones antes de viajar al espacio lejano” — señala Komarov — . Seguiremos trabajando en el proyecto ExoMars y estamos seguros de que llevaremos a cabo la segunda etapa de la misión en los años 2018-2020”. Los principales objetivos durante los próximos años son el desarrollo de una agrupación orbital de satélites de comunicaciones y el sondeo de la Tierra a distancia, así como el lanzamiento de naves espaciales para desempeñar tareas de investigación científica”.
Los cosmonautas rusos creen que con la tecnología disponible actualmente es posible colonizar la Luna. “Durante los últimos años la humanidad ha hecho grandes avances en el desarrollo de nuevos materiales y en el ámbito de la energía. Creo que con la tecnología actual ya es posible colonizar la Luna. En cualquier caso, es necesario porque tarde o temprano los recursos se agotarán, lo que conducirá a que la humanidad empiece a explorar Marte y la Luna”, afirma el cosmonauta Oleg Kononenko.“Fénix, un cohete portador de clase media, que debería desarrollarse para el año 2025, es la primera etapa del comienzo de un largo camino hacia la creación de un cohete de clase superpesada, pero próximamente no lo vamos a usar. Entonces, ¿para qué estamos desarrollándolo ahora? ¿Para decir que fuimos los primeros en hacerlo? Ya no nos interesa ser los primeros en pisar la Luna o en viajar al espacio. Ahora nos preocupan otras tareas, no estas ambiciones juveniles”, dice Komarov.

Las estrellas, más cerca de lo que parece

En los últimos años han surgido en Rusia empresas espaciales privadas. Dauria Aerospace y Sputniks se dedican al desarrollo, ensamblaje y lanzamiento de pequeñas naves espaciales.
Además de los profesionales, el cosmos también atrae a los aficionados, que buscan dinero para sus proyectos espaciales en plataformas decrowdfunding. A principios de este año un grupo de bloggers recaudó cerca de 29.000 dólares para lanzar una nave espacial a la Luna con el objetivo de  fotografiar los lugares de aterrizaje de las naves estadounidenses Apollo y de las estaciones automáticas soviéticas Luná y LunojA mediados de marzo, la empresa privada KosmoKurs recibió de Roscosmos el permiso para desarrollar un proyecto de vuelos espaciales para turistas. “No habrá requisitos estrictos para los turistas, — afirma el director general de KosmoKurs, Pável Pushkin. — Solo tendrán que realizar exámenes médicos para asegurarnos de que la persona no tenga enfermedades graves y pasar las pruebas en la centrifugadora. Después de eso estaremos dispuestos a firmar el contrato.”Este año científicos rusos de la Universidad de Ingeniería Mecánica planean lanzar un pequeño satélite, llamado  Mayak (Faro), también construido gracias a las donaciones recibidas online. El objetivo del proyecto es “demostrar que el espacio está cerca y es accesible”, así como comprobar las tecnologías que solucionarán los problemas de basura espacial.
La primera excursión está planeada para el año 2020. Un billete costará unos 200.000 — 250.000 dólares. Parece que la ilusión de la gente soviética, la de acercarse al espacio, por fin llega a ser realidad, aunque no para todos.