Los nuevos negocios se escapan a los rubros tradicionales y cuentan con un gran potencial de crecimiento.
Fuente: RBTH
En forma incipiente, sigilosa o a cuentagotas. Así se percibe hoy el mercado de los emprendedores de nuevas tecnologías que se está abriendo camino tanto en Rusia como en la Argentina. El contexto mundial ayuda a que se despierte este nuevo fenómeno por la saturación del mercado europeo o el norteamericano y por la búsqueda de mercados emergentes ante la crisis de países centrales.
Pero, a su vez, los vientos en contra no son pocos para estos nuevos emprendedores de startups: deben lidiar con la dura competencia de empresas chinas o indias, que tienen bajos costos laborales y se enfrentan a un público del que muchas veces desconocen sus códigos culturales básicos.
Los nuevos negocios que se están abriendo entre Buenos Aires y Moscú le escapan a los rubros tradicionales de intercambio comercial histórico como son los alimentos y las bebidas; los medicamentos; la industria textil, química y alimenticia; la maquinaria agrícola; el petróleo o el gas. Ahora se empiezan a desarrollar productos de software, inversiones en nuevas tecnología y despliegue de marcas en redes sociales entre Rusia y la Argentina.
“A lo largo de los años las compañías argentinas de tecnología que más desarrollo han tenido en el mercado ruso, tienen que ver con seguridad. Esto habla en principio de la calidad de los emprendedores argentinos, dado que Rusia tiene excelentes desarrollos al respecto”, comentó Martin Vivas que es emprendedor tech, facilitador para diversas organizaciones locales e internacionales como StartupWeekend, SW NEXT, PalermoValley o FoundersLatam. Vivas hoy es director del cluster de empresas de Cloud Computing de Argentina y ya llegó al mercado ruso.
También de la mano de algunas competencias internacionales como Imagine Cup (Microsoft), o eventos de alto impacto como Global Entrepreneurship Congress los emprendedores argentinos y varios latinoamericanos están abriéndose camino en el mercado de Moscú.
Pero no todo resulta sencillo para los argentinos y latinos en el mercado ruso. Varios emprendedores coinciden en que las empresas argentinas que tienen un socio desarrollador ruso, y están haciendo experiencia allá, encuentran un mercado muy duro.
“Rusia tiene su propio Facebook”, coinciden varios empresarios. Sin un socio ruso es difícil desarrollar negocios. La posibilidad de tener un socio local facilita las cosas pero no es garantía para la rentabilidad de los productos desarrollados.
En la Argentina el mercado de startup rusas está en pleno desarrollo aunque no resulta muy visible por ahora para los empresarios tradicionales.
Por ejemplo, la emprendedora rusa Darja Gutnik lideró una startup llamado Citybuddies. Hay otra emprendedora llamada, Anna Sitnikova, que estuvo en Chile y pasó por StartupWeekend Córdoba con el proyecto StartupBus, para recorrer Latinoamérica haciendo startups.
No existen datos oficiales que revelen por ahora estos cambios en el mercado pero todo indica que el flujo comercial se va a modificar con estos nuevos emprendedores en los próximos años.
Nuevas oportunidades en el mercado bilateral
En 2013 las exportaciones argentinas hacia Rusia totalizaron 790 millones de dólares. Y las importaciones desde Rusia 1.850 millones de dólares.
Marcelo Elizondo, de la consultora Desarrollo de Negocios Internacionales (DNI) explicó que “la relación comercial actual es deficitaria para Argentina por el alto componente de energía en las compras argentinas desde Rusia”.
Las exportaciones argentinas se componen de vinos, frutas, carnes, lácteos, residuos de la industria alimenticia para animales. El 95% de las ventas argentinas es de origen agropecuario. Las importaciones están compuestas principalmente por petróleo, aceites de petróleo y gas.
Pero el nuevo fenómeno de startup puede que llegue a modificar este esquema y a generar nuevos nichos de mercado.
Rubén Martín Kaufman, integrante del consejo argentino-ruso desde su fundación, expresó: “Rusia en Europa vende gas y petróleo, sus manufacturas no son de avanzada, y sumada a la crisis que tiene Europa, América del Sur, que no sufrió la última crisis y no es tan exigente en tecnología, es un campo para explotar nuevos negocios”.
El intercambio de negocios entre Rusia y la Argentina está en franco crecimiento. Fesco, es una gran empresa transportista privada rusa que ganó una licitación del gobierno en 2013 para abastecer en la Antártida estaciones científicas y ya hay acuerdos entre la empresa estatal argentina ENARSA con Vaguit Alekpérov, de Lukoil.Igualmente, la Argentina no va a dejar de ser por largo tiempo en Rusia el “supermercado del mundo”, tal como lo mencionó el hasta hace poco el exembajador argentino en Moscú, Juan Carlos Kreckler. Argentina exporta una importante variedad de alimentos a Rusia.
Este panorama favorable de negocios seguramente se podrá potenciar de ambos lados del océano Atlántico con la irrupción de nuevos emprendedores startup. El camino es largo y promete nuevos horizontes