domingo, 29 de junio de 2014

Arte erótico en la Biblioteca Lenin

Al otro lado del Kremlin, la biblioteca principal guardaba un tesoro 


Biblioteca Lenin

Fuente: The Moscow Times 



En la Biblioteca Estatal de Rusia, Marina Chestnykh camina en el noveno piso entre jaulas de metal con estantes en penumbra que contienen miles de libros, pinturas, grabados, fotografías y películas - todos, de una manera u otra, relacionados con el sexo- Lo llaman el spetskhran, el “cementerio”, de acceso restringido por el material considerado "ideológicamente perjudicial" por el estado soviético.
Era el secreto kinkiest en la Unión Soviética, al otro lado del Kremlin, la biblioteca principal del país construía un tesoro pornográfico.

La historia de la colección se inicia en la década de 1920, cuando el museo de artes Rumyantsev se transformó en la biblioteca nacional del país. 
A medida que la recién creada Biblioteca Lenin incorporaba nueva literatura, también abrió un departamento de libros raros con contenido comprometedor, adquirido principalmente de bibliotecas confiscadas a la nobleza.
Llegó a contar con 12.000 artículos procedentes de todo el mundo, desde  grabados japoneses del siglo XVIII a novelas románticas de la era Nixon.
Fuera del alcance del público en general, estaba siempre abierta a los mandos superiores, y razón por la cual, la mayoría de los elementos permanecen increíblemente bien conservados a la fecha.

-"Hemos elegido preservarla intacta, como una reliquia de cuando fue creada"-, dijo Chestnykh, enterada de su existencia en 1990, al pedírsele colaboración en la reasignación de fondos a otro departamento.
-¿Sabía del contenido o es una sorpresa?-
-"Sí y no". Había una colección especial, así que sabía que algo muy especial tenía que ser mantenido allí."-

Uno de los elementos más impresionantes incautados a un propietario desconocido es "Los Siete Pecados Capitales", publicado en 1918 por Vasily Masyutin, quien también ilustró obras clásicas de Pushkin y Chéjov. 

Antes de la revolución estaba de moda entre las clases altas tener el knigi dlya dam , o "Libros de las señoras," una especie de libro de recuerdos indecentes, algunos de los cuales están presentes en la biblioteca.

El erotismo también fue consumido por las masas de Rusia, como lo demuestra una serie de folletos de la década de 1910, entre ellos, un folleto llamado "Pikantnaya Biblioteka" o "Biblioteca traviesa" que contiene un cuento de la clásica italiana del siglo 14 "Decameron", y una historia titulada "Una consulta," a precio de venta popular de 50 kopeks. 

En los años ´30, el incremento de control sobre los libros llevó a centenar de nuevas incorporaciones. Los artículos considerados inapropiados se extendieron a escritos soviéticos sobre la sexualidad de la década anterior con la legalización del aborto y con Alexandra Kollontai, la mujer más famosa en el gobierno bolchevique, bregando por el derecho de la mujer a una total paridad con el hombre en la vida social, familiar y sexual.
La colección tuvo su mayor impulso con Nikolai Skorodumov como director adjunto de la biblioteca de la Universidad Estatal de Moscú. Interesado en material ruso y de Francia, Alemania, los EE.UU. y otros países, mantuvo la recopilación hasta su muerte en 1947.
Entre los tesoros de Skorodumov hay una carpeta de dibujos y acuarelas por el titán de vanguardia Mikhail Larionov de la década de 1910.
¿Cómo pudo Skorodumov amasar una colección tan vasta de título extranjero sin resultar en una sentencia del Gulag?
En primer lugar, tuvo cuidado de enmarcarlo dentro del discurso de la ideología comunista, y para la recepción de documentos, se aseguró de acreditarle valor científico a través de diferentes organizaciones.
Ivan Yermakov, director del Instituto Psicoanalítico de Estado y quien publicara muchas de las obras de Freud en ruso por primera vez, expresa en una de sus cartas de 1926:
"La sexualidad exige examen científico serio y riguroso, especialmente en lo que ha jugado un papel tan amplio en la evolución de la cultura y la vida cotidiana"; "Es muy importante preservar la colección como un trabajo socialmente valioso."
También hay una segunda teoría. El jefe de la policía secreta de Stalin, Genrikh Yagoda - un aficionado a la pornografía - se dice que ha disfrutado del contenido del material que tenía Skorodumov, razón por la cual los bibliotecarios creen que se abocó personalmente de la seguridad.
Tras la muerte de Skorodumov, la NKVD, precursora de la KGB, allanó su colección. Según una carta enviada por el director de la biblioteca, Vasily Olishev al Consejo de Ministros, una búsqueda post-mortem en su apartamento reveló la asombrosa cifra de 40.000 artículos, 1.763 de los cuales eran "libros de carácter erótico", mientras que 5.000 fueron folletos "pornográficos o vulgares" y revistas.
El Estado soviético se hizo con la colección de la viuda de Skorodumov por 14.000 rublos, una suma considerable, sin embargo, Olishev tuvo cuidado de señalar que el dinero no se extendió a la literatura erótica:
"La biblioteca no ha considerado oportuno pagar a la ciudadana Burovaya (viuda de Skorodumov) por la literatura erótica, diarios y las revistas, ya que esta literatura no presenta valor científico ni valor histórico para los lectores de la biblioteca, y es un vestigio especialmente dañino de la ideología burguesa", escribió.

Precisamente por esta razón era necesario aferrarse a ella:
"La Biblioteca Lenin no considera oportuno devolver literatura de tal naturaleza, perjudicial para los ciudadanos, a  Burovaya, como su posesión en la casa de un particular presenta un peligro considerable."
Incorporaciones más recientes a la colección - la mayoría en inglés confiscadas en la aduana - datan entre 1960 y 1980 y muestran sellos púrpuras indicativos de la censura del estado con los números 170 y 230, cuyo significado es desconcertante incluso para los bibliotecarios.

De dichas confiscaciones resultó un conjunto al azar: un álbum de los Beatles; fotografías; una regla contra la homosexualidad; Kama Sutras; cuentos sexuales populares de los ´70 "The Happy Hooker"; un juego de rimas obscenas; un coffee table book de las pinturas de Picasso y Gore Vidal "La ciudad y el pilar."
"No había ningún sistema para ello", aclara Chestnykh. "Ellos simplemente tomaron lo que les pareció inapropiado."

M.Larionov
Años después que su existencia fuera revelada, la colección sigue en espera de un estudio completo.
Mientras que algunos libros ya están disponibles para su visualización en las salas de lectura - los escritos del Marqués de Sade, según Chestnykh, son los más populares entre ellos - los materiales más raros y delicados, como dibujos de Larionov, permanecen en la oscuridad en los estantes.

Hoy en día, el spetskhran ya no existe, pero es todavía un secreto, pues no hay compendio completo de su contenido y gran parte aún no está clasificada.
El problema no es sólo la falta de recursos, afirma Chestnykh, "La gerencia tiene opiniones diferentes. Algunos piensan que este material es digno de examen y la exposición, y otros no”.


Para el ver galería de fotos completa: Inside The Soviet Secret Erotica Collection

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