El Gazprom-Arena, el nuevo campo de fútbol del Zenit de San Petersburgo, en el que deberán celebrarse las semifinales de la Copa del Mundo de fútbol en 2018, se construye desde 2007 y, hasta ahora, ha supuesto un gasto de 1.100 millones de dólares. Un corresponsal de Rusia Hoy trató de comprender por qué la construcción de un estadio cuesta tanto dinero.
Fuente: RBTH
El representante de la empresa contratista, a su vez, está convencido de que la inversión hará posible crear un estadio súpermoderno con todas las comodidades. Según Anastasia Gordiéeva, el estadio estará equipado con un teleférico que enlazará la isla de Krestovski, en la que se construye el nuevo espacio, con otras zonas de la ciudad. Además, se construirá un nuevo puente peatonal para que los espectadores puedan llegar lo más rápido posible al estadio.“He visto las cifras estimadas para el estadio y puedo decir que al final, el coste del campo de San Petersburgo superará el monto gastado en la reconstrucción de Wembley, el mítico estadio de Londres (la reconstrucción de Wembley, que duró de 2003 a 2007, costó 1.570 millones de dólares). Recuerden cómo en 2012 Ucrania casi pierde el derecho a la Eurocopa. Los ucranianos ya nos advirtieron que sería difícil y que era necesario iniciar la construcción el primer año. Pero vamos muy lentos".
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La capital del norte de Rusia tendrá un nuevo estadio de fútbol el año que viene. Pero no será el sufrido Gazprom-Arena, el buque insignia del país para la Copa del 2018 (que se construye desde 2007), sino otro para 25.000 espectadores y con césped artificial. El estadio será erigido por la empresa suiza Nussli, especializada en la construcción de instalaciones deportivas en el menor tiempo posible.
Según el director de esta empresa, el proyecto se construirá desde cero en ocho-diez meses. Este tiempo récord se debe a la modularidad del nuevo estadio, lo que significa que algunas partes de la construcción, como los vestuarios o las tribunas, llegarán a San Petersburgo en forma prefabricada. El nuevo espacio estará diseñado para encajar con el segundo equipo del Zenit, pero podrá adaptarse a todos los requisitos de la FIFA y la UEFA. El Zenit podrá jugar en él los torneos internacionales, incluida la Liga de Campeones.
El director general del equipo, Maksim Mitrofánov, cree que la construcción del nuevo estadio es una medida necesaria. "Esta temporada se ha demostrado que en Rusia faltan estadios de reserva. Sirva el ejemplo del CSKA de Moscú, que tuvo que jugar su partido de Champions en San Petersburgo. La disponibilidad de un estadio con capacidad para 25.000 espectadores quedará garantizada, no sólo para el Zenit, sino para todos los clubes de Rusia”, dijo Mitrofánov.
“Debo admitir que estamos preocupados por la demora en la construcción de nuestro estadio principal, un proyecto público, cuyos plazos se han revisado en varias ocasiones. El club no entiende los cambios en la fecha de entrega ni sabe en qué condiciones se entregará. Sigue siendo un misterio si será adecuado para su uso entonces".
Las dudas de Mitrofánov son totalmente comprensibles. Juzguen por ustedes mismos: la fecha de entrega del nuevo estadio se ha aplazado 19 veces. Y, con cada nueva fecha de inauguración, ha ido creciendo también su coste final. En 2006, según la exgobernadora de la ciudad, Valentina Matvienko, el proyecto se estimó en 250 millones de dólares; a día de hoy, esta cantidad ya ha superado los 1.000 millones.
Dificultades en la construcción
"Fecha de entrega: julio de 2016; coste: 34.900 millones de rublos (1.100 millones de dólares). La cantidad final puede ser ajustada, pero sólo a la baja”, confirmó a Rusia Hoy Anastasia Gordiéeva, jefa del Departamemto de Comunicación de la empresa Transstrói, contratista general para la construcción del estadio.
Transstrói ya es la segunda empresa que participa en el proyecto. La dirección de la nueva constructora se quejó del pésimo trabajo de la anterior empresa, Avant; en concreto, del hecho de que las principales estructuras de carga se deformasen con las fuertes heladas y tuvieran que ser reconstruidas.
En 2010, el Gazprom-Arena fue seleccionado como uno de los estadios clave para la Copa del Mundo de 2018: allí deberá celebrarse uno de los partidos de semifinales. Y, por ello, el estadio debería tener capacidad al menos para 60.000 espectadores. La decisión cogió al contratista completamente por sorpresa, y la construcción del estadio se interrumpió durante seis meses.
En el nuevo estadio de San Petersburgo ya se han gastado 1.100 millones de dólares. En comparación, antes del Mundial de 2006, Alemania invirtió cerca de 1.900 millones de euros en la construcción y reconstrucción de todos sus estadios.
El estadio más caro de la historia
Según el consultor de la FIFA para Europa Oriental y Asia Central, Valeri Chukhri, el estadio de San Petersburgo se está convirtiendo en el más caro de la historia del fútbol. "Voy a menudo a Rusia y no tengo la sensación de que las obras vayan al ritmo de la Copa Mundial”, confiesa a Rusia Hoy.
El representante de la empresa contratista, a su vez, está convencido de que la inversión hará posible crear un estadio súpermoderno con todas las comodidades. Según Anastasia Gordiéeva, el estadio estará equipado con un teleférico que enlazará la isla de Krestovski, en la que se construye el nuevo espacio, con otras zonas de la ciudad. Además, se construirá un nuevo puente peatonal para que los espectadores puedan llegar lo más rápido posible al estadio.“He visto las cifras estimadas para el estadio y puedo decir que al final, el coste del campo de San Petersburgo superará el monto gastado en la reconstrucción de Wembley, el mítico estadio de Londres (la reconstrucción de Wembley, que duró de 2003 a 2007, costó 1.570 millones de dólares). Recuerden cómo en 2012 Ucrania casi pierde el derecho a la Eurocopa. Los ucranianos ya nos advirtieron que sería difícil y que era necesario iniciar la construcción el primer año. Pero vamos muy lentos".
Debido al hecho de que las condiciones climáticas en San Petersburgo son desfavorables para el crecimiento de la hierba en invierno, los autores del proyecto tomaron la decisión arquitectónica de posibilitar la movilidad del suelo del estadio hacia el exterior en los meses de invierno. Para comodidad de los aficionados y los jugadores, el techo será corredero, para cubrir el campo durante las jornadas de mal tiempo.
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